Batman and Robin #2

Leí por ahí que este cómic es el perfecto cómic de superhéroes ydesde mi punto vista, si no lo es roza la perfección. Los nuevos Batman y Robin continúan sus aventuras de la mano de Grant Morrison y Frank Quitely, y tal como sucedió en el número anterior se nos escapa de las manos, se nos escurre y antes de que nos demos cuenta terminamos de leerlo y debemos esperar un mes para ver cómo sigue la historia. ¿Por qué sucede esto? Porque gran parte de este cómic, la mitad casi, está dedicada a combates, y en esas escenas logra imprimir una notable agilidad que nos envuelve en la acción y la dinámica hace que la lectura sea más rápida.

En esos combates, además, encontramos lo mejor de lo hecho por Morrison, logrado excelentemente por Quitely en los dibujos, que es la creación de nuevos villanos, tan bizarros como pudo hacerlos el autor. Lo bueno es que no los hizo bizarros en función de que nos riámos, sino que la bizarría de etos personajes está orientada a que tengan aptitudes únicas para la lucha cuerpo a cuerpo, logrando una escena de acción entre Batman, Robin y ellos que diría que es única.

La otra parte importante de este #2 es la continuación de la relación inédita entre los nuevos Batman y Robin, que en este cómic llega hasta el límite que todos sabíamos iba a llegar, lo que conduce a un replanteamiento de todo por parte de Dick para seguramente volver todo a la normalidad, más o menos.

Pero eso es parte de la historia que está en pleno desarrollo y habrá que esperar y ver cómo la sigue Morrison, en esta que se me antoja la mejor serie de Batman en su relanzamiento. Lo único negativo que encuentro es que Quitely no la dibujará en toda su extensión y quizás sintamos mucho el cambio de artista a partir del #4. Por suerte, aún tenemos un número más con su arte, y luego tres más dentro de un año.