Supergirl #51 - Last Stand of New Krypton (2º parte)

Esta es la novedad de esta semana que más esperaba; sí, más que el tie-in de "Blackest Night" (por poca diferencia, pero aún así) ansiaba leer la continuación de esta historia de Superman y un largo etcétera, que con su cadencia semanal me tiene totalmente cautivado. Y este número de "Supergirl", al igual que los dos cómics anteriores de este crossover, está perfectamente a la altura de mis expectativas, trayendo todo lo que debía y un poco más también.

Otra virtud que mantiene en estas tres semanas, es la agilidad narrativa que rompe con la lentitud que muchas veces sufrimos en el desarrollo de las tramas de las historias de la línea Superman recientemente, resolviendo ya algunos de los conflictos planteados en "Last Stand of New Krypton #1" y planteando nuevas situaciones que deben ser resueltas en los próximos cómics.

De esta misma manera, también tenemos como punto alto la aparición en su totalidad del enorme reparto de personajes que comprende este arco argumental, aunque como es obvio por el nombre de la serie quien más atención recibe es Supergirl. Por esto mismo, asumo que el próximo cómic ("Superman #698") estará más centrado en el mayor héroe del Universo DC con apariciones estelares de todos los demás.

Hay dos momentos sorprendentes en estas páginas, que me gustaría al menos referir sin revelar. El primero de ellos, está protagonizado por Supergirl y Mon-El y la verdad que me shockeó bastante por ser algo completamente desubicado, y no puedo dejar de pensar que es influencia de James Robinson más que decisión de Sterling Gates, ya que aquel parece tener una obsesión con la Adolescente de Acero a juzgar por lo que hizo con ella en "Cry for Justice" y lo que anunció que hará en "Justice League of America". Ya sabrán a que me refiero si leyeron el cómic, y si no lo entenderán cuando lo lean. El segundo momento no fue shockeante sino espectacular, curioso y divertido, protagonizado por Superboy, Alura Zor-El y Supergirl.

Más allá de eso, es un buen trabajo el del guión y a esto se le suman las conocidas bondades del dibujante Jamal Igle, retratando en el curso de estas páginas una gran cantidad de personajes, agradándome casi en su totalidad, y digo casi únicamente porque no termina de gustarme su Superboy (y no tengo en cuenta el coloreo de Matter-Eater Lad como negro en algunas páginas, del cual no es Igle el responsable). Fuera de su versión de Conner, el trabajo de Igle me parece excelente como siempre.

Resumiendo, sigue con su marcha firme y ascendente esta historia, siendo cada semana mejor que la anterior, con alta velocidad en la narración, mucha acción y montones de personajes; en pocas palabras, un cómic de superhéroes que busca el entretenimiento contando una historia atractiva y lo consigue con creces. Y por suerte sólo falta una semana para su continuación.