Batman and Robin #4

Comenzó en este cómic el segundo arco argumental de "Batman and Robin", una nueva parte en esta saga del Batman de Grant Morrison, y de entrada se presenta muy diferente a la breve historia previa de los tres primeros números de esta serie. Y no sólo se presenta como tal, sino que lo es, tanto visualmente, como en el tono del guión; pero al mismo tiempo hay continuidad, en el ritmo narrativo ágil, en la relación de los nuevos Batman y Robin, principalmente. Hay también una punta de continuidad con las previas historias de Morrison, ya que se retoma algo de "Batman R.I.P.", más precisamente, el hilo de la supuesta revelación de un oscuro pasado de los padres Wayne, a la vez que lo relaciona con las tramas de otras series de Batman actuales, como es lo del falso Bruce Wayne.

Algo que sobresale de este #4, es el hecho de que el guionista mata a muchísimos personajes, pero hay algo positivo en esto; todos los que mata, son personajes creados por él especialmente para esto. Esto que implica que, primero, se molestó en crearlos antes de matarlos, y segundo, que no liquida creaciones de otros autores. Aún así, denota un poco la oscuridad de la historia, lo violenta y sangrienta que es, y no en el sentido que lo fueron los números previos donde había mucha acción y duros combates pero con un tono light, sino que aquí es mucho más crudo.

Respecto a esto, no se si será una sobreinterpretación mía del guión de Morrison, pero creo que los co-protagonistas de esta historia, Red Hood y Scarlet, son una versión oscura (grim & gritty) de Batman y Robin, en otro mensaje metatextual de parte de Grant Morrison dirigido críticamente a los escritores que tomaron la línea de los superhéroes duros y oscuros en los ochentas y noventas y aún hoy en día la mantienen. Ese era en gran medida el mensaje de "Final Crisis" y "Superman Beyond" y parece que también será el tema de este arco argumental...

Uno de los puntos importantes de este arco argumental, el principal tal vez, es precisamente el de la identidad de este nuevo Red Hood. En cuanto a esto, en este número ya nos presenta el guionista dos posibilidades; una implícita y otra explícita. La primera, que es una suposición mía, es la aparición de un misterioso personaje llamado Oberon Sexton que también anda con la cara cubierta por haber sido desfigurada por criminales. Aunque sobre este ya hay quienes teorizan que podría ser el propio Dr. Hurt... La otra posibilidad es la más obvia, y la pone en el tapete Dick sobre el final de este cómic; se darán cuenta de quién hablo.

Por el lado artístico, es obvio que Philip Tan no es Frank Quitely, y es inútil compararlos. El artista hace su trabajo bastante bien y hasta se adapta un poco a lo que hizo el dibujante anterior, tomando algunos elementos de composición de la página y de la narrativa visual que utilizara aquél en los tres números previos. Es narrativamente correcto y visualmente atractivo, lo que para mí es suficiente. Además, Tan me resulta perfectamente adecuado para dibujar esta historia que tiene un tono mucho más oscuro que la anterior, en especial a los co-protagonistas Red Hood y Scarlet. Lo que no me agradó de su trabajo, es que Batman no parece Dick y se ve más como Bruce que como su heredero, algo que otros dibujantes sí lograron plasmar en la página. Tampoco me gustó el Pingüino demasiado monstruoso que dibujó Tan, pero hay a quienes sí le gustó, así que eso es algo más subjetivo.

A nivel general, diría que me gustó pero no al nivel de los tres números anteriores. Este segundo arco argumental es más acorde a lo que se suele esperar de una historia de Batman, pero con toques morrisonianos. A juzgar por esta primera parte, puede ser una historia por lo menos entretenida; veremos como se desenvuelve, pero apuesto a que será muy bueno.