Action Comics #877

Continuamos con las aventuras de Nightwing y Flamebird en "Action Comics" en este Mundo sin Superman y no vacilo al decir que seguramente este número no será recordado como uno de los mejores, afectado profundamente por el cambio brusco de dibujante. Se produjo la salida de Eddy Barrows (escogido para otros proyectos, en detrimento de esta serie regular) y el novato Sidney Teles lo reemplazó de apuro (aparentemente; si no, no está al nivel de "Action") entregando un trabajo mediocre, con dibujos no del todo bien terminados y secuencias confusas desde un punto de vista narrativo. Además, también se cometieron errores en el subtitulado de los diálogos en kryptoniano; en la elección del color de la tipografía y en la ubicación, principalmente. Está bueno que los diálogos en kryptonianos estén escritos en ese idioma, pero habría que pensar mejor cómo traducirlos para que no resulte incómodo para la lectura fluida del cómic.

En medio de esos puntos negativos, Greg Rucka sigue narrando su historia, retomando directamente de donde dejó en el número anterior, con Ursa vencida en la Fortaleza de la Soledad, Flamebird gravemente herida y Nightwing (Chris Kent) llevándola a la casa de Lois Lane, su madre adoptiva. Aprovechando este reencuentro, Rucka nos ofrece la explicación de cómo se produjo el crecimiento acelerado de Christopher, que considerando lo fantástico del Universo DC (y particularmente de los cómics de Superman) es aceptable y suena coherente.

Pero lo más interesante, y lo mejor, de "Action Comics #877" está en las escenas del General Lane, vigilando las actividades de los kryptonianos, y en particular en la presentación de un nuevo personaje (o que parece un nuevo personaje al menos) dando inicio a una nueva subtrama que a primera vista parece que será algo bueno.

Pero mucho más atractivo se presenta el próximo arco argumental de la serie (si consideramos que estos primeros tres números conforman un arco) introduciendo a los Bonnie & Clyde de Krypton, el próximo objetivo de Nightwing y Flamebird, que en tan sólo dos páginas se muestran con mucho potencial para protagonizar una historia, por lo menos, entretenida.

En fin, un cómic bastante olvidable y mejor pasemos a lo que sigue.