El Diablo #1

El #1 de esta miniserie marca la primera aparición de un personaje nuevo para el Universo DC, continuando un viejo legado (como vimos días atrás), legado del cual se vale el escritor Jai Nitz para dar el puntapié inicial a esta historia y, consecuentemente, a este personaje. Pero, como bien se dijo en la reseña en IGN, el público lector (y Jai Nitz sobretodo) esperan que este #1 signifique más que una respuesta de Trivia ("¿Cuál fue la primera aparición de la tercera versión de El Diablo?") y el personaje perdure por un tiempo largo en el DCU. Este número tranquilamente podría titularse "Origen Secreto de El Diablo" ya que la mayor parte de él narra cómo era el personaje antes de convertirse en El Diablo y cómo llega a convertirse. Es lógico que así sea un #1 de un personaje completamente nuevo y no podía esperarse mucho más, sin embargo sí hay más.

El cómic inicia con el clásico y siempre útil recurso de un flash forward (léase, lo contrario a flashback) hacia un momento avanzado de la historia, o en este caso, de este mismo cómic donde presenta simultáneamente al viejo El Diablo (Lazarus Lane) junto con Chato Santana próximo a convertirse en su heredero, en el nuevo El Diablo. Luego sigue la presentación de Chato Santana en los últimos días de su vida previa como jefe de una pandilla, es decir, en los últimos días de su vida como Chato Santana, porque por una serie de hechos termina preso en un hospital agobiado por un policía rival que intenta que declare en contra de su pandilla, y ahí es cuando comienza el camino del nuevo El Diablo. Pero no sólo eso: Nitz aprovecha también este #1 para introducir a quien seguramente será el villano principal de la primera aventura del nuevo personaje, y probablemente se convierta en la némesis, en su archienemigo.

En cuanto a las cuestiones narrativas y de guión, Jai Nitz no hace nada mal en este #1, logrando pasar convincentemente de un nivel callejero a uno místico en pocas páginas y logrando, por sobre todas las cosas, narrar el origen de un personaje nuevo no sólo sin aburrir sino generando mayor interés a cada página. Sin ninguna duda es altamente beneficiado por el equipo de dibujo de Phil Hester y Ande Parks (lápices y tintas, respectivamente), que hacen un excelente trabajo, del cual resulta destacable especialmente el momento en que aparece por primera vez Chato Santana como El Diablo.

Salvo una catástrofe narrativa, esta miniserie promete ser muy buena de principio a fin, basándonos en la calidad del primer número. Esperemos que así sea.